Decíamos que el estrés es una respuesta del cuerpo ante un cambio. Por ejemplo, si de repente baja la temperatura, percibiremos frío y nuestro cuerpo tendrá que reajustarse para mantener la temperatura corporal. Sin embargo, sabemos que no todos somos igual de frioleros, y de la misma manera, tampoco reaccionamos igual frente a otras situaciones de estrés.
Por ejemplo, supongamos una oficina en la que todo el mundo tiene el mismo tipo de trabajo y el mismo jefe hiperexigente o maleducado. Sabemos que no todos los empleados se van a sentir igual, puede que algunos estén realmente angustiados, vivan en un sobresalto continuo incluso fuera de horas de trabajo y empiecen a acusar dolencias físicas como dolores de cabeza o de espalda y otros no lo estén en absoluto, y simplemente se olviden del trabajo en el momento de salir por la puerta.
Y es que, en nuestra vivencia no es el factor externo únicamente lo que nos afecta, sino la combinación de los factores externos con otros factores internos.
Estos factores internos son distintos para cada persona y tienen que ver con nuestra genética, nuestra personalidad y con nuestra manera de enfrentar los problemas que a su vez tiene mucho que ver con nuestros aprendizajes y nuestras vivencias.
La buena noticia es que el momento de hacer aprendizajes nunca se acaba. Siempre estamos a tiempo de aprender a afrontar los problemas o las circunstancias que nos causan estrés de manera que el impacto sea menos negativo.
En muchas ocasiones no podemos cambiar esas circunstancias y deberemos simplemente aceptar y adaptarnos a la nueva situación. En otras quizá esté en nuestra mano mejorar la situación de alguna manera y para ello, primero debemos darnos cuenta de ello. También habrá ocasiones en que podamos encontrar nuevas formas de ver lo que está pasando y darnos cuenta de si nuestra perspectiva está distorsionada de alguna manera.
Así que, aunque es de la combinación de ambos tipos de factores, externos e internos que podemos sentirnos más o menos afectados por el estrés, tenemos la posibilidad de mejorar esa afectación y aprender a ser menos vulnerables.
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1 respuesta en “¿Por qué a unas personas les afecta más que a otras el estrés?”
[…] dado únicamente por causas externas, sino que procede de la combinación de éstas y de factores internos propios y particulares de la […]