Para muchas personas pueden ser las dos caras de una misma moneda, porque una baja autoestima es un constante generador de estrés.
Como ya hemos visto, el estrés no viene dado únicamente por causas externas, sino que procede de la combinación de éstas y de factores internos propios y particulares de la persona.
Es mucho más probable sentirse amenazado cuando no se tiene confianza en uno mismo, cuando se siente uno inferior en la comparación con los demás, o se considera falto de habilidades en el campo que sea requerido.
Aquí hay algunas formas en que la baja autoestima puede contribuir al estrés:
- Percepción Negativa de Eventos:
- Las personas con baja autoestima tienden a interpretar los eventos de manera negativa y a ver los desafíos como amenazas.
- Autocrítica Constante:
- La autocrítica intensa y constante puede generar un estrés adicional. Las personas con baja autoestima a menudo se castigan mentalmente por errores, reales o percibidos, generando ansiedad.
- Miedo al Rechazo:
- La preocupación constante por ser rechazado/a o no ser aceptado/a puede generar un estrés significativo en situaciones sociales. El miedo al rechazo puede llevar a evitar interacciones sociales, aumentando así el aislamiento.
- Evitación de Desafíos:
- Las personas con baja autoestima pueden evitar desafíos o situaciones nuevas por temor al fracaso. Esto no solo limita su crecimiento personal, sino que también puede generar estrés al enfrentarse a nuevas experiencias.
- Percepción de falta de control:
- La baja autoestima a menudo está asociada con una sensación de desamparo y falta de control sobre la propia vida. Esta sensación puede contribuir al estrés crónico.
- Necesidad Excesiva de Aprobación:
- Buscar constantemente la aprobación de los demás y basar la propia valía en la opinión de los demás puede generar una presión constante y, por lo tanto, aumentar el estrés.
Es importante abordar tanto la baja autoestima como el estrés de manera integral. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, puede ser efectiva para cambiar patrones de pensamiento negativos asociados con la baja autoestima y desarrollar habilidades para gestionar el estrés. Además, adoptar prácticas de autocuidado y buscar el apoyo de profesionales de la salud mental es por sí mismo un paso importante para mejorar la autoestima.