Cuando tu mente salta de un pensamiento a otro, de una forma improductiva y caótica, tu cuerpo está acompañando ese caos con tensión en distintas partes de tu musculatura, probablemente sin que ni siquiera seas consciente de ello.
De la misma manera, cuando por ejemplo tu mandíbula está apretada, tu cuello tenso o tus puños apretados, tu mente interpreta que la situación puede ser amenazante y se pone en modo hipervigilante o funciona de modo obsesivo.
Afortunadamente este efecto ocurre también en el sentido positivo:
Cuando relajas el cuerpo las fibras musculares se destensan, la respiración se regulariza, y eso comunica a tu mente que puede dejar de pensar de esa manera febril y acelerada, porque no hay peligros inminentes de los que tener que defenderse en ese mismo instante. El pensamiento se aquieta. Los pensamientos obsesivos empiezan a perder fuerza y velocidad, como si se alejaran, perdieran brillo y color, y sus sonidos quedaran amortiguados en la lejanía.
Cuando calmas la mente, la tensión muscular se hace innecesaria y el cuerpo recupera espontáneamente su estado normal.
En Auto Relajación Consciente trabajamos ambas vías, el entrenamiento te capacita para calmar este ciclo en ambos sentidos.